miércoles, 30 de enero de 2013

ALONSO, Fernando (1985). El hombrecito vestido de gris y otros cuentos. Ilustraciones de Ulises Wensell. Madrid: Alfaguara. ESTEFANÍA PÉREZ FENOLL





La obra está compuesta por siete cuentos diferentes pero que tratan temas muy relacionados entre sí. Estos cuentos son El hombrecito vestido de gris, El barco de plomo, Los árboles de piedra, El viejo reloj, El barco en la botella, El guardián de la torre, El espantapájaros y el bailarín y La pajarita de metal.
Puesto que la obra se compone de varias historias vamos a descartar algunos de los aspectos más relevantes de los diferentes cuentos. En primer lugar, en El hombrecito vestido de gris vemos temas como la soledad, la rigidez del trabajo, la monotonía, la falta de amigos, las burlas, la libertad prohibida, la tristeza…Muchos de estos temas se reflejarán en algunos de los demás cuentos.
En la segunda historia, volvemos a ver el tema de la integración, de sentirse bien en el sitio adecuado como en el cuento anterior. En este caso, es el barco de plomo el que busca un sitio ideal en el que tener una función coherente, pertenecer a algo o ser útil. En esta historia predomina la satisfacción de desempeñar un oficio, el trabajo que hace que las personas se sientan realizadas, integradas, que forman parte de algo. Cabe señalar el momento en el que barco encuentra su sitio ideal en el que ya se siente muy feliz: “Este es el sitio ideal para un barco de plomo y las burbujas de aire, que salían por el boquete del casco, tenían forma de sonrisa” (página 29).
En el siguiente cuento la idea fundamental que tenemos que destacar es que el trabajo en equipo siempre es mucho mejor, los árboles solo consiguen sus objetivos cuando realmente se unen.
En El viejo reloj, vemos a un niño que busca los números que faltan en el reloj de su abuelo. Cuando los empieza a encontrar observa que cada uno tiene un nuevo oficio, el 12  es una flauta y su serpiente, el 8 es una nube, el 6 se ha convertido en la casa de un caracol, el 3 es una gaviota pintada en un cuadro de un museo…etc. En este cuento tenemos que destacar el énfasis que se hace en la monotonía: “Y, a partir de aquel momento, en la habitación de Ramón siempre se oyó el tic-tac, alegre y monótono, del viejo reloj del abuelo” (página 51). La narración es monótona y repetitiva y nos recuerda al principio de la historia del hombrecito.
Avanzando un poco más, encontramos, ya en el quinto cuento, la metáfora del mundo encerrado en la botella. Con esto lo que pretende mostrar Fernando Alonso es que no sirve de nada vivir aislado del mundo, como si estuviéramos encerrados en una botella o en una jaula. Esto es lo que siente el barco, en un primer momento se siente muy feliz pero cuando se da cuenta que no solo existe su pequeño mundo de la botella sino que fuera hay más cosas se siente atrapado y solo. Cuando reflexiona sobre la realidad es cuando vuelve a ser feliz: “Y, a partir de aquel momento, en que sabían qué era cada uno y para qué servía cada cosa, pudieron comenzar una vida nueva, sincera y libre” (página 59).
La siguiente historia, es quizás, junto con El hombrecito vestido de gris, la que más temas introduce. En ella vemos a un guardián dominante que se ha apropiado de la torre, que los vecinos del pueblo han construido  con mucho esfuerzo. En este cuento destacamos como principal tema la maldad y el carácter dictatorial del guardián, pero además, cabe señalar la bondad de los vecinos y el trabajo en equipo que ya veíamos en el cuento de los árboles. Estos temas van acompañados de un refrán que utiliza el autor para demostrar que las malas actitudes siempre reciben, tarde o temprano,  un castigo, “Quien siembra tormentas, recoge tempestades”.
El sexto cuento, nos vuelve a recordar a la historia del hombrecito, en este caso, es un espantapájaros que tiene ilusión por bailar y pasarlo bien, no le gusta su vida aburrida. Vemos esa búsqueda de la libertad y de conseguir los sueños y las ilusiones, casi de la misma forma que el hombrecito, pero ahora solo con un final feliz, aunque no el que el lector puede esperar. El espantapájaros deja su oficio porque su amo lo ha destrozado, pero gracias a los pájaros que recogen los trozos de paja y al viento que eleva sus ropas, el espantapájaros realiza su mejor baile. Además, F. Alonso juega con la idea de lo justo y lo injusto, vemos claramente  la contradicción con el nombre del granjero, Justo, que es la antítesis del hombre justo.  Este es un ejemplo del juego de palabras: “Señor Justo, no sea usted injusto” (página 80).
Por último, el cuento de La pajarita de metal nos muestra la ilusión de un niño por hacer feliz a una pajarita de papel. El padre del niño se esforzó muchísimo por hacerle una pajarita de papel, pero esta tenía el semblante triste y el niño quería cambiarlo. Realizan numerosísimos intentos para hacerla feliz pero solo lo consiguen cuando hacen muchas, es entonces cuando todas vuelan felices por la habitación. Por tanto, el tema que cabe destacar es la necesidad de sentirse querido y rodeado de más personas para ser feliz, además del esfuerzo y la constancia para alcanzar los deseos y propósitos.
En general, tenemos que destacar que los principales temas que recogen estos cuentos breves son la búsqueda de la felicidad y la lucha por cumplir los sueños, la integración, el trabajo en equipo, el compañerismo y la amistad, la soledad como algo triste  y la necesidad de pertenecer a un grupo, al mundo.
Son cuentos muy sencillos en cuanto a la forma y al contenido, las expresiones son muy sencillas y, en ocasiones, se repiten “y, a partir de aquel momento,…” pero las reflexiones que el lector puede hacer son muy interesantes. En muy pocas líneas el autor ha sabido plasmar muchos de los temas que preocupan a la sociedad y que resultan muy próximos al lector.
A pesar de que las reflexiones que podemos extraer son muy interesantes, considero que es una lectura que puede resultar demasiado infantil para alumnos de secundaria. Se podría trabajar algún cuento de forma aislada para analizar aspectos concretos pero no como una lectura obligatoria sin más. Algunos cuentos son demasiado simples y pueden resultarles poco atractivos.




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