miércoles, 30 de enero de 2013

Memorias de una vaca


Memorias de una vaca

 

La protagonista de esta historia es Mo, una vaca, pero no una cualquiera. Piensa que “no hay nada más tonto que una vaca tonta” cuya actividad es pastar sin importarle lo que sucede a su alrededor. Por ello, durante toda su vida se ha empeñado en no ser simplemente una “vaca tonta” y desvelar los entresijos de la vida y el contexto en el que nace, unas veces por ella misma y otras acompañada por la que será su mejor amiga (la Vache qui rit). Aunque hubiese preferido ser un caballo o un gato, porque considera que la vida de estos es más interesante, no reniega de su condición y se esfuerza por alejarse de la monótona vida vacuna, para dar cuenta de lo que le rodea.

A pesar de que sabe que es una vaca, es consciente de que es más inteligente que sus compañeras; considera que es Omega, mientras que las demás son Alfa, seres muy poco desarrollados para comprender lo que sucede a su alrededor y que se limitan a pastar y producir leche.

Así pues, desde el inicio conversa con una voz interior a la que llama “El pesado”           –aunque al principio no sabe muy bien de que se trata-, a la que le cuenta sus inquietudes y la que le hace analizar y reflexionar (la mayoría de sus reflexiones terminan con un refrán) sobre las cuestiones que vive. Además, le hace la promesa de escribir unas memorias llegado el momento, es decir, cuando ya fuera lo suficientemente vieja.

La acción tiene lugar en el País Vasco, lugar de nacimiento de Mo, que narra sus memorias desde la posguerra hasta la actualidad. En esta narración, cobra protagonismo Pauline Bernardette, una monja francesa –a la que Mo le cuenta su vida- que era la encargada de recibir las cartas que los españoles enviaban durante la Guerra Civil a la resistencia a través de las vacas.

De esta forma, Mo se dispone a contar sus memorias:

Nuestra protagonista nace en el bosque que pertenece a la casa Balanzategui, que sería su primer hogar y donde viviría durante la primera época de su vida. Ya desde los inicios, se da cuenta de que no es un lugar normal, en él pasan cosas raras, con lo que decide explorar y descubrir los entresijos de la historia.

Para ello se va a tener que enfrentar, junto a su inseparable amiga -la Vache qui rit-, a Gafas Verdes y sus secuaces, que les van a hacer la vida imposible y que en alguna ocasión intentarán herirlas. Pero Mo no se rinde, puesto que en los años en que esto sucede –Posguerra-, las cosas no están nada nítidas en la zona. Así pues, no tardará en descubrir que en Balanzategui tienen un arduo plan para abastecer de provisiones a la resistencia que se esconde en el bosque –Maquis- y acude a la casa para recibir comida. El suministro se logra gracias a las vacas, pues constituyen un sistema de comunicación eficaz. Gafas Verdes y sus acompañantes pertenecen al bando ganador, y tienen vigilada la casa porque saben que algo sucede, pero no han conseguido cogerlos in fraganti. El plan funciona hasta que un día el grupo de Gafas Verdes decide actuar y acaba por desmontar la situación, quedándose con la casa y enviando a la cárcel a los dueños del lugar.

A partir de ahí comienza la lucha de Mo por la supervivencia; consigue escapar junto a su amiga, pero son capturadas y vendidas para actuar en las fiestas de un pueblo –de donde también consiguen escapar-. Entre tanto, la relación entre las dos amigas se va rompiendo, puesto que la Vache es muy tozuda y casi nunca cede, situación insostenible para Mo que decide seguir el camino por su cuenta.

Cuando está a punto de sucumbir debido a la soledad y la tristeza, por casualidad se encuentra con Pauline Bernardette, de la que no se separará. Así, Mo se traslada a vivir al convento de la pequeña y es en este donde acabará sus días –aunque a veces le surgen dudas con respecto a volver a Balanzategui- y donde decidirá dar rienda suelta a sus memorias, cumpliendo la promesa que le hiciera un día a la voz de su conciencia (El Pesado).

 

José Irazu Garmendia, nació en Asteasu (Guipuzcoa) en 1951; posiblemente fueron el deseo de emular a grandes autores de la literatura universal y evitar la censura franquista algunas de las razones que le llevaron a adoptar el seudónimo de Bernardo Atxaga. Es miembro de la Real Academia de la Lengua Vasca y ante todo, un apasionado de la literatura.

Atxaga consigue a través de Memorias de una vaca retratar una gran cantidad de personalidades, actitudes, virtudes y también defectos. Nos transmite las inquietudes o miedos, representadas por los lobos que aparecen en la obra, que simbolizan lo negativo y todo lo que a Mo le gustaría que desapareciera.

Esta obra abarca alrededor de 40 años de historia reciente de nuestro país, analizando cómo evolucionó la zona vasca tras la Guerra Civil –trasluciendo lo que también podía estar ocurriendo en otras zonas-, pero desde la óptica de un animal. La manera de narrar los acontecimientos, en la que se mezcla historia, sociología, comicidad, misterios, anécdotas y aventuras, confluyen en una narración ágil y de fácil lectura. A esto se suma un léxico cuidado y próximo; todo ello permite al autor acercarnos una época trágica de nuestra historia desde un punto de vista diferente.

 

Pero, ¿qué pretende transmitirnos?: sin duda el abanico de posibilidades es muy amplio, desde la personalidad, el carácter, el aguante o resistencia, la fortaleza, pasando por la amistad, el cuestionamiento del mundo que nos rodea y el anticonformismo, además de la visión crítica que toda persona debe poseer. A pesar de esto, creo que lo más importante que nos trasmite el libro es el valor de la memoria: recordar nos permite no olvidar, ser conscientes de nosotros mismos y de nuestra existencia vital; pero también recordamos, porque sabemos que olvidamos, y queremos conservar todo lo que nos resulta importante y necesario, o lo ha sido; nos permite reconstruir nuestra historia. Y este es el objetivo de Mo.

 

Por todo esto, creo que es un libro muy adecuado para que los alumnos lo lean en 3º o 4º de ESO, donde podrán entender con más claridad los valores que nos hace llegar el autor, así como nociones sobre la Guerra Civil desde una óptica y con un tratamiento diferente.

 

Raquel Fernández Acedo

 

Bernardo Atxaga: Memorias de una vaca. Ediciones SM, 1992.

ISBN: 84-348-4047-2

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