miércoles, 30 de enero de 2013

Kafka y la muñeca viajera, Jordi Sierra i Fabra


El prolífico autor Jordi Sierra i Fabra nos presenta en Kafka y la muñeca viajera (Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2007) una enternecedora historia cuyo protagonista es uno de los pensadores más importantes del siglo XX, Franz Kafka.

El narrador nos sitúa en el Berlín coetáneo del escritor checo durante los últimos meses de su vida. Un día, el rutinario paseo matutino de Kafka por el parque Steglitz se ve alterado cuando se topa con una niña que llora desconsoladamente. Su escasa experiencia con los más pequeños no le impide acercarse a ella e indagar en el causante de sus lágrimas.
Una vez que comprueba que la niña, Elsi, no estáa perdida, es ella misma la que aclara al escritor el motivo de su tristeza: su muñeca Brígida había desaparecido.
En ese momento, Kafka improvisa una solución que le implicaba de manera directa en este asunto. Convence a la niña de que él era un cartero de muñecas y la suya, Brígida, le había dejado un mensaje a través de él, pues había decidido marcharse apresuradamente en busca de nuevas aventuras. Debido a sus dotes como escritor pensó que no le resultaría difícil escribir una carta dirigida a Elsi haciéndose pasar por su muñeca en la que mostrara su afecto por ella. Sin embargo, lo que no sabía Kafka es que después de esa primera carta, llegaría alguna más.
El momento de la lectura de los viajes de Brígida por el mundo se habían convertido para Elsi en una cita obligatoria. Así, cada día el banco del parque donde se conocieron se convertía en su lugar de reunión diario.
Kafka no hallaba un desenlace para el 'monstruo' que acaba de crear, aunque tal vez no lo hacía porque no quería concluir con su profesión de cartero de muñecas. Después de tres semanas de frenética correspondencia, decidió que tanto Brígida como Elsi merecían un final feliz para que la niña no perdiera nunca la esperanza.


En este relato, mezcla de realidad y ficción, los prejuicios de Kafka y de la sociedad que le rodea se ven traspasados por la inocencia de una niña que consigue despertar en el moribundo escritor un último halo de vida.
La amistad es el tema central del relato, abordado desde un punto de vista en el que los dos amigos deben reconciliarse con el valor de la esperanza. Por un lado, Elsi debe aceptar la marcha de su muñeca y quedarse con su mejor recuerdo. Por otro, Kafka tiene que afrontar su delicado estado de salud. Y es que todo es contraposición entre estos dos personajes: Elsi representa el inicio de la vida, la inocencia y el triunfo de la felicidad; por su parte, Kafka está asociado al final de la vida, la experiencia y el fracaso. De hecho, él tiene que asumir el papel de lector pues la niña no sabe leer bien.

A través de las cartas, Kafka sufre una metamorfosis a la inversa que la de Elsi: si al final, ella decide mirar hacia delante con su nueva muñeca, él se inclina por echar un vistazo a su pasado y reencontrarse con el niño que llegó a ser. En este cambio, su compañera Dora tiene mucho que ver, pues actúa como voz de la conciencia para Kafka.

A pesar de su sencillez y brevedad, acompañado de una estructura con frases cortas y en la que prima el diálogo, este relato no pierde la carga emocional en ningún momento pues las cartas, como eje central de la trama, captan la atención del lector. De una simple anécdota que pasó desapercibida para muchos, Sierra i Fabra conseguir elaborar un libro bien contextualizado y hacia el que es difícil sentirse indiferente.

Aunque quizá lo que menos deba importar de la obra sea el protagonista, Kafka y la muñeca viajera constituye un libro adecuado para acercarse a la figura de Franz Kafka. Por esto motivo, al constituir su obra materia de estudio en Bachillerato, recomendaría su lectura para alumnos de 4º de ESO a modo de introducción sobre el Kafka más humano. 

Silvia Muñoz Cuello

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