domingo, 27 de enero de 2013

Una catedral, muchos secretos

“Te vio a ti, Telmo, te vio a ti…”
César Mallorquí creció en un ambiente sumamente literario. Su padre era novelista y César continuó sus pasos. La afición infantil de “Mallorquí hijo” por la literatura se ve reflejada en sus obras. Este catalán también es periodista, guionista de radio y creativo de publicidad.
En el año 2000, Mallorquí ganó el premio Gran Angular por su obra La Catedral, una historia llena de misterios, fantasías y secretos. El relato está ambientado en el siglo XIII, con la presencia de artesanos, templarios y hermandades secretas.
 
Durante la lectura de la obra, el lector conecta profundamente con Telmo Yáñez, el protagonista de la historia. Este joven abandona su Navarra natal para comenzar su viaje hasta Bretaña, concretamente hasta la catedral de Kerloc’h. Telmo, joven artesano, participará en la construcción de este templo, financiado por la Orden del Águila de San Juan. El protagonista de la historia deberá formarse como escultor durante su estancia en Bretaña y, además, intentará buscar pistas sobre la desaparición de Thibaud de Orly, maestro de su padre.
 
Durante este viaje literario, el lector descubre que la catedral esconde diferentes incógnitas, destacando crímenes horribles y siniestras ofrendas. Telmo conocerá los secretos de la catedral con la ayuda de tres templarios escandinavos, caracterizados por una gran corpulencia y grandes corazones.
Por otro lado, comentar que existen personajes muy importantes en la obra, como el maestro Hugo, el judío Abraham Ben Mossé, el ayudante Helmut, el tullido Korrigan, el maestre Corberán de Carcassone y Simón de Valaquia, entre otros. Asimismo, destacar la relación de Telmo con la hija del maestro Hugo, una historia que presenta el cariño adolescente y la inocencia de la juventud.
Mallorquí presenta su obra en primera persona. Es Telmo quien nos muestra esta historia tan peligrosa e inquietante. En este sentido, se muestra al joven como un personaje valiente, bueno e ingenuo.
Todo el relato se caracteriza por una tensión continua. Los finales de los capítulos presentan frases que nos invitan a continuar leyendo. La intriga es el elemento principal de esta obra.
 
Por otra parte, cabe destacar que la narrativa viva de Mallorquí, llena de descripciones y diálogos, nos transmite gran información sobre la época. El vocabulario específico aparece en casi todas las páginas del libro (ejemplos: cimbras, argamasa o dintel). Conceptos clave de la época como “la alquimia” aparecen en La Catedral. Los nuevos conceptos son explicados de manera clara por parte de Mallorquí.
 
La trama del libro es densa y ello conlleva la necesidad de una constante atención por parte del lector. Asimismo, el léxico se caracteriza por su complejidad si se compara con otros libros. Por esta razón, recomendaría la obra La Catedral a los alumnos del segundo ciclo de Educación Secundaria Obligatoria.
 
Mallorquí consigue, por lo tanto, crear un relato detallado pero de fácil lectura. Leer La Catedral no es sumamente complicado porque considero que el autor ha repartido de manera magistral la información presentada.
 
Además, el libro alberga una serie de temas que pueden ser tratados en el aula para crear debates y lluvias de ideas. Por ejemplo, La Catedral nos ofrece información sobre el bien y el mal, el cielo y el infierno. También aparece la interpretación variable de textos, algo que puede ser interesante (“los aquilanos siguen, a su manera, las revelaciones del Apocalipsis de San Juan”).
 
Otra de las características más importantes de la obra es el tratamiento de la información por parte de Mallorquí. El escritor no olvida explicar todo lo que ha adelantado. Nada queda vacío. Todo se descubre a través de la lectura. Cuanto más leemos más descubrimos.
 
Para terminar, añadir que el escritor presenta un final abierto en La Catedral. Este final, lleno de posibilidades, ayuda a fomentar  la creatividad del lector. Muchos considerarán que Telmo continuó con su Tour. Otros pensarán de forma diferente. Un final abierto conlleva un abanico de posibilidades para los jóvenes lectores.                                             
Sandra I.

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