Chao
tiene 6 años cuando va al mercado de Pekín con su abuelo para
vender las verduras de la huerta y por
primera vez ve la casa pintada del
emperador. Queda tan deslumbrado por los
colores que embellecen la casa
imperial que, con ella,
establece, a tan escasa edad, su proyecto de vida:
“Chao se puso en pie y dijo con voz firme:
– Prometo que algún día conseguiré mi casa Pintada. Míos serán el verde, el azul, el rojo, el blanco y el amarillo. ¿Vale así, Abuelo?
– Si.
Kum Tsé se lanzó al ataque, furioso:
– ¿Por qué dices que sí, sabiendo que la vida le dará a Chao un no como respuesta? Las falsas ilusiones son como la cometa que arrebata el viento. Deja las manos desolladas por el roce de la cuerda, los ojos pendientes de una nube y la cabeza torcida para siempre.
– Los justos deseos son como el grano de arroz que cae en tierra –replicó el abuelo–. Puede perderse en agua y barro o lograrse en espiga.
– ¿Quieres decir que…?
– Que el azul y el verde, el rojo y el blanco, son de cualquier hombre. Pero ha de conseguirlos. Ésa es su tarea.”
Vivir en una
casa pintada como
la del emperador se
convertirá para Chao en una obsesión, para cuya
consecución deberá proceder a
conquistar los colores. Estos últimos (a los que se aludirá a continuación) vienen a representar tanto los
elementos de la Naturaleza como los de la fortaleza del hombre. Así, el azul corresponde al cielo,
el verde a la naturaleza, el blanco a la corriente de los ríos y al
agua aprisionada en forma de hielo por el invierno, el amarillo encierra el oro
y las riquezas y, por último, el rojo
viene asociado al poder y a la victoria. Chao pretende
dominarlos conquistándolos uno
por uno, fracasando en su intento y decidiendo por ello, al no poder alcanzar
su objetivo de conquista, convertirse en el mejor equilibrista para
poder vivir en la casa pintada imperial. Nada desvía la atención de Chao quien,
con la ayuda de su amiga Li, se preparará para realizar su sueño. Cuando el protagonista – en compañía de Li- va
camino de Pekín para conseguir
el título de equilibrista y así
lograr la entrada a la casa del Emperador, se ve inmerso
en un acontecimiento excepcional
cuando presencia como la corriente del río arrastra a unas personas ,
involucrándose en los hechos hasta conseguir el rescate de las mismas. La riada
se lleva por delante todo, incluyendo,
aparentemente, los sueños del
protagonista, que se verá obligado a ceder en su empeño, regresando a su aldea. Sin embargo, a su llegada, el protagonista descubrirá que,
de manera involuntaria e inesperada, ha
alcanzado el objeto de sus sueños,
puesto que las personas
por él salvadas han ofrecido
diversos elementos que permitirán pintar la casa.
“La Casa Pintada” de Montserrat del Amo es una
obra que va atrapando al lector más
allá del mero seguimiento de las peripecias que relata. Todo en la construcción del relato
(desde las pretensiones iniciales de Chao de “conquistar los colores” hasta la
forma progresiva en que se va construyendo el desenlace) lleva a pensar en la existencia de un
trasfondo oculto en el texto, en definitiva, en la intención de la autora de obligar al
lector a reflexionar sobre
determinados extremos ( ambición
fracaso, éxito, solidaridad, etc.) a fin de
que se extraigan las conclusiones pertinentes.
La Casa Pintada es una novela con una
estructura lineal no compleja , que recurre al relato de hechos de forma cronológica y con
escasos diálogos, escrita en tercera
persona por un narrador que domina la
historia y que va dando la palabra a los personajes hasta alcanzar el sueño del protagonista, aún de forma inesperada.
El recurso
de ambientación de la historia en
una cultura , la oriental, tan alejada de la nuestra,
constituye un elemento que puede
favorecer el acceso del lector (
sobre todo el más joven) al relato desde la curiosidad por “lo distinto”,
introduciendo un cierto elemento de distanciamiento que , de no provocar el alejamiento del
lector, favorecerá el objetivo de
reflexión subyacente en el texto.
Efectivamente,
creo que
la novela, más que transmitir
una enseñanza determinada, mueve, por un
lado, a reflexionar sobre distintos aspectos,
proporcionando, por otro,
ejemplos asociados a distintos
valores en los que se podrían
destacar los siguientes:
- Tenacidad.
Chao lucha con vehemencia para lograr su sueño.
- Respeto. La
sabiduría de los adultos es valorada y respetada por los jóvenes y demás
miembros de la familia.
- Amistad.
Los lazos que unen a Li y a Chao representan la fortaleza y solidaridad
necesarias para alcanzar las metas.
- Solidaridad frente a las desgracias ajenas, en el reconocimiento de la existencia de valores superiores que pueden condicionar
ambiciones personales.
- •
Responsabilidad, desde la comprensión de
que los actos que uno realiza tienen siempre
consecuencias
- Afán de superación.
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