Caperucita en Manhattan
- Referencia
bibliográfica completa
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Título: Capertucita en Manhattan
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Autora: Carmen Martín Gaite
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Primera edición: noviembre 1990
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Cuarta edición: febrero 1991
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Ediciones siruela, 1990. Plaza de Manuel de
Becerram 15. El Pabellón 28028. Madrid
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En sobrecubierta: la estatua de la libertad de
Norman Rockwell (1946)
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Foto contraportada: Federico Latorre
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Colección dirigida por Michi Strausfeld
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Diseño gráfico: J. Siruela
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Número de páginas: 205
2. Resumen del contenido
La Capertucita
de Carmen Martín Gaite es un tanto peculiar. Esta versión neoyorkina de la niña
que vestía de rojo, como diferencia con la de Perrault que iba dirigida a
niños, va destinada a la lectura juvenil. Al ser una historia tradicionalmente
conocida se supone que el lector tendrá el intertexto suficiente como para
reconocer la obra.
A
lo largo de todo el libro es abundante la adjetivación y las descripciones
detalladas. Como ejemplos: la estatua de la libertad (p.15) o cuando habla del
edificio de Dulce Lobo (p. 105). Además, también tiene explicaciones destinadas
a jóvenes, ya que en teoría, un adulto tiene que tener la suficiente cultura
general como para conocerlas. Como muestra: explica que la Estatua de la
Libertad fue un regalo de Francia (capítulo 4), o habla de Manhattan como la
forma de un jamón (durante toda la
obra).
Durante
todo el escrito, la autora utiliza un lenguaje sencillo, que puede ser
entendido por los jóvenes con facilidad salvo alguna palabra puntual como
faltriquera (p.118) o gamo (188), aunque por el contexto también pueden ser
deducidas.
Algo
significativo, que puede hacer que el lector recuerdo sus lecturas infantiles
es que nombran el zapatito de cristal, refiriéndose a Cenicienta (p. 123), o
cuando se dice que llega tarde, figurando al conejo de Alicia en el País de las
Maravillas (p. 132) aunque esta obra la nombra claramente la protagonista,
junto a Robinson Crusoe o la propia Caperucita Roja (p. 22).
Como
he citado anteriormente, el lector tiene el suficiente intertexto como para
conocer los grandes rasgos que representan la historia de Caperucita Roja,
aunque un poco adaptada a la sociedad actual. Una niña vestida con un chubasquero rojo que
visita a su abuelita, para llevarle una tarta en una cesta; aunque esta vez en
vez de cruzar el bosque andando coge el metro para llegar. Sara, que así es
como se llama la protagonista, también se encuentra por el camino con un lobo,
aunque esta vez, es un hombre mayor. El señor también se llama así por su
apellido Woolf (lobo en ingles). Y como hilo conductor utilizan la tarta de
fresas que la madre de Sara hacía a su abuela todos los sábados. Casualmente,
la que peor sabor tenía de las 75 clases de tarta que hacían en la pastelería
de este señor: el Lobo Dulce.
Por
último, y como novedad, en esta obra respecto a la de Perrault aparece la
señora Lunatic, que figura ser el espíritu de la Estatua de la Libertad que
tanto le gusta a Sara y quien le anima a ser libre y no tener miedo a nada.
Como muestra de ello textualmente le dice: “A quién dices tu secreto das tu
libertad” (p.151).
3. Crítica y valoración
El libro de
Caperucita en Manhattan me ha parecido muy ameno y entretenido. Considero que
es un buen manual de literatura juvenil puesto que simplemente por su título ya
llama la atención de los adolescentes, al menos de las chicas. A simple vista,
puede despertar la curiosidad de lo
chocante del cuento tradicional que a todos nos han contado de pequeños de
Caperucita Roja con la novedad de que ésta se encuentre en Manhattan.
En
cuanto a la estructura de la obra, el hecho de dividir el libro en dos partes:
sueños de libertad y la aventura, puede perder un poco al lector. La primera
parte acaba cuando Sara se queda con su vecina porque sus padres se tienen que
ir al funeral de su tío. La segunda empieza hablando sobre la vida de miss
Lunatic y llega un momento en que el lector puede echar en falta la presencia
de la niña, puesto que tarda casi tres capítulos en volver a aparecer.
Respecto
a la estructura del resto de la obra me parece adecuada ya que tiene gran
cantidad de descripciones que hace que el lector se encuentre situado en todo
momento y los cambios de situaciones también suelen estar encadenados de manera
adecuada y bastante previsibles. Por ejemplo desde el principio de la historia
se habla constantemente de la tarta de fresa de la madre de Sara y a
continuación, cuando aparece el señor Lobo se hace especial hincapié en su
preocupación porque ésta no es la gran especialidad de su pastelería. Para
finalmente hacer que el empresario se encuentre con Sara y acuda a casa de la
abuela.
4. Breve conclusión
Como ya he
citado anteriormente, considero que este libro es una lectura amena y
entretenida. A lo largo de estas 205 páginas el lector puede ver en el fondo la
tradicional historia que todos conocen sobre Caperucita Roja, aquella niña
pequeña que vestía de rojo para visitar a su abuelita. En este caso, ésta no está enferma, el único mal que tiene es el de amores. Respecto al
lobo, es un rico empresario que llega a casa de la abuela para conocer la
receta de una de sus tartas, la de fresa, coincidiendo con que era fan de ésta
cuando era joven.
Gracias
a este libro los adolescentes pueden ver una parte modernizada del cuento de
Perrault.
Gema Mirón Díaz
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