Cuando hablamos del personaje Manolito Gafotas, un nombre que asociamos directamente a éste es el de Elvira Lindo, autora del libro que
voy a comentar. Esta escritora y periodista gaditana ha abordado el periodismo,
la novela y el guión televisivo y cinematográfico aunque por lo que más se le
conoce es por contar las aventuras de este niño de Carabanchel Alto a través de
una colección de libros que son un clásico de la Literatura Infantil y Juvenil
española.
Concretamente, Manolitos Gafotas.
Los trapos sucios cuenta hechos cotidianos que le suceden al protagonista y
a sus amigos y familiares, como es el caso de la llegada de una mascota a casa,
la salida con sus amigos para pedir el aguinaldo de Navidad, las continuas discusiones
con su madre o el principio de una relación amorosa con una compañera de clase.
Todos estos temas que se tratan a lo
largo de nueve capítulos pueden resultar muy cercanos a los lectores a los
cuales puede ir dirigida la lectura puesto que los adolescentes entre 12 y 14
años que están cursando el Primer Ciclo de Educación Secundaria Obligatoria
están viviendo en primera persona todas estas posibles situaciones porque
empiezan a mantener relaciones amorosas con chicos o chicas, discuten alguna que
otra vez con sus progenitores, hacen pequeñas gamberradas típicas de
adolescentes, etc., es decir, se pueden sentir como si fueran el propio
Manolito Gafotas.
Ya que he hablado de la estructura,
tengo que señalar que el libro no cuenta una historia de forma lineal, es
decir, de principio a fin sino que cada capítulo tiene que ver con una
situación determinada que sucede en diferentes meses del año. Por ejemplo, uno
de los capítulos se ambienta en el mes de diciembre porque habla de que salen a
pedir el aguinaldo y pierden al Imbécil (así es como llama a su hermano
mientras que otro tiene lugar en mayo porque es cuando se celebra el Día de la
Madre y Manolito le lleva el regalo que han hecho en el colegio.
Considero que la lectura de esta
obra podría ir destinada a alumnos del Primer Ciclo de ESO porque el lenguaje
utilizado es muy sencillo, apenas hay palabras que necesiten ser interpretadas
a partir del contexto o que, en último extremo, necesiten ser buscadas en el
diccionario. Otro hecho que facilita la lectura es que está escrito en primera
persona, lo cual es una lectura más sencilla y directa.
Otro motivo por el cual pienso que
podría encajar perfectamente para los estudiantes de 1º o 2º de ESO es porque
pueden empezar a reflexionar sobre temas que el protagonista narra a lo largo
de 145 páginas con gran humor, como es el caso de los defectos de las personas.
Este tema lo trata en el “Capítulo
1” cuando advierte que él no es niño “pluscuamperfecto” y que se decide a
contar todas sus intimidades “...para que veas que tengo mis defecto, que soy
un ser humano, y casi todos los seres humanos que conozco tienen unos defectos
mucho más grandes que sus virtudes” (pág. 15). A partir de esta confesión, los
adolescentes podrían entender de una forma sencilla que no hay que juzgar a las
personas por sus defectos porque ellos mismos los tienen y porque todos los
tenemos.
Como futura docente, propondría la
lectura de este libro porque, además de los motivos que he dado hasta el
momento, puede ser el punto de partida para que el alumnado se interese en
leer, de forma voluntaria y personal, los otros títulos que forman la colección
escrita por Elvira Lindo. Puede ser una forma de incentivar el gusto por la
lectura en los jóvenes ya que pueden sentir curiosidad por conocer otras
travesuras o situaciones graciosas que le suceden a Manolito Gafotas y que él
mismo cuenta en primera persona.
Hasta tal punto ha llegado la
popularidad de dicho personaje que en el año 1999 se llevó al cine la historia
basada en esta colección de novelas. Este hecho puede suponer una amenaza para
los libros porque la mayoría de los jóvenes prefieren disfrutar viendo una
película que disfrutar leyendo un libro pero los docentes y futuros docentes
tenemos que hacerles ver la importancia de la lectura no sólo para cuestiones
académicas sino para su vida en general.
En conclusión, recomendaría la
lectura de Manolito Gafotas. Los trapos sucios para un público juvenil
ya que los temas que se tratan en el libro pueden resultarles cercanos,
atractivos e incluso pueden identificarse con el protagonista o con alguno de
los personajes que aparecen. Además, el lenguaje con el que está escrito no
supone ninguna dificultad para que los chicos y chicas puedan entender lo que
la autora pretende contarles, para que puedan pasar un rato entretenido y
puedan llegar a soltar alguna carcajada con las anécdotas que relata este niño
madrileño.
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