Fernando
Alonso. El corredor de la Fórmula 1 no. Este Fernando Alonso no corre. Este
Fernando Alonso escribe cuentos despacio, sin prisa, buscando las palabras exactas.
Este Fernando Alonso ganó en 1977 el premio Lazarillo por El hombrecito vestido de gris y otros cuentos. Este Fernando Alonso
escribió una obra maestra difícil de olvidar.
El creador del hombrecito
gris ha marcado un antes y un después en la literatura española. A través de
relatos aparentemente sencillos, Alonso nos transmite valores abstractos,
relevantes e importantes. Los cuentos que aparecen en la obra por la que ganó
el premio Lazarillo esconden personajes fantásticos y situaciones de ficción
que nos enseñan sentimientos humanos y sociales. Toda una perspectiva moral
escondida entre palabras y frases de cuentos maravillosos.
La primera toma de contacto
con el libro conlleva la visión de una portada atractiva. El libro parece
sencillo, de pequeño grosor, sensación de fragilidad que esconde algo realmente
interesante. Un hombrecito vestido de gris protagoniza el dibujo de la portada,
compartiendo sueños e imágenes mentales con el futuro lector.
Ocho cuentos en apenas 90
páginas mágicas. La obra comienza con el cuento El hombrecito vestido de gris. Alonso nos presenta a un hombre con
una vida monótona que sólo es feliz cuando canta. Ante la prohibición de su
canto por parte de un jefe poco empático, Alonso nos muestra un final basado en
la resignación. Si continuamos leyendo un final feliz aparece, basado en el
supuesto éxito del hombrecito, que se convierte en cantante con el apoyo de los
que antes prohibían. Sin duda, un cuento lleno de posibles reflexiones.
En el segundo cuento, Alonso
nos presenta a un barco de plomo triste por su aspecto, pues por sus materiales
y características es complicado que los niños jueguen con él. Tristeza del
barco explicada de manera grandiosa (“las
burbujas de aire que subían del fondo de la bañera tenían formas de lágrimas”).
Tras un accidente doméstico, el barco de plomo se hizo un boquete, convirtiéndose
así en un barco naufragado hermoso que acabó viviendo feliz en un acuario.
Alonso cuenta la historia del barco a través de un léxico sencillo,
transmitiendo valores como la esperanza, pues los problemas siempre tienen
solución.
Por otro lado, el escritor
presenta un mundo de piedra en el cuento Los
árboles de piedra. Tres niños aventureros viajan en busca de árboles para
el parque de este peculiar mundo. El primer niño consigue un pino que murió al
poco tiempo de ser plantado. El segundo un cactus, que no pudo vivir en un
suelo de piedra. El tercero aseguró al resto de niños que había encontrado
árboles de piedra, pero requería la colaboración de todos para poder
trasladarlos. De esta forma, Alonso transmite la necesidad de la ayuda y el
trabajo colaborativo tanto en un mundo de piedra como en el mundo real.
A continuación, el escritor
presenta el cuento El viejo reloj,
una metáfora del paso del tiempo, la posibilidad de elección y la libertad. Un
niño llamado Ramón desea arreglar un reloj que descansaba en un desván. A este
reloj le faltaban los números, por lo que Ramón fue en busca de los doce. El
niño encuentra a los números pero cada uno de ellos ya había crecido, ya se
había adaptado a una nueva vida. Por ejemplo, el número 2 trabajaba de pato en
una caseta de feria. Todos ellos habían elegido un nuevo camino.
Y qué decir del cuento El barco en la botella… un coleccionista
de barcos metidos en botellas les explica a éstos que sus mundos son
superficiales. Después de romper los cristales de las botellas, todos los
barcos decidieron comenzar un viaje por las alcantarillas y desagües hasta
llegar al mar. Allí todo era de verdad, por lo que los barcos pudieron comenzar
una nueva vida. De este modo, Alonso muestra a los lectores la necesidad de aventurarse
y descubrir otros mundos, no dar por hecho que nuestra realidad es la única.
Después de este cuento llega
El guardián de la torre. El relato
cuenta el sufrimiento de unos vecinos que levantan una torre muy alta en su
ciudad, vivienda de un hombre que se convierte en un mezquino con aires de
superioridad. La torre comenzó a envejecer. Los vecinos decidieron construir un
edificio de una sola planta, de esta forma ninguna persona podría mirar desde
arriba a nadie.
Por otra parte, Alonso nos
presenta el cuento El espantapájaros y el
bailarín, un relato en contra de la prohibición impuesta, la falta de
empatía y el egoísmo. Un canto a la libertad y al respeto.
Por último, el cuento La pajarita de papel nos transmite la
historia de Tato, un niño de 6 años. Tato descubre que, hasta para una pajarita
de papel, es necesaria la compañía y la amistad. A una pajarita de papel
tampoco le gusta estar sola.
En definitiva, Alonso, con todos estos cuentos, regala una serie de
relatos llenos de valores y sabiduría. El
hombrecito vestido de gris y otros cuentos es una obra muy recomendable
para los alumnos del primer ciclo de Educación Secundaria Obligatoria, quienes
podrán disfrutar de buena literatura y de imágenes que ayudan a la comprensión
de la obra.
Sandra I.
No hay comentarios:
Publicar un comentario