domingo, 27 de enero de 2013

El hombrecito vestido de gris y otros cuentos

Fernando Alonso. El corredor de la Fórmula 1 no. Este Fernando Alonso no corre. Este Fernando Alonso escribe cuentos despacio, sin prisa, buscando las palabras exactas. Este Fernando Alonso ganó en 1977 el premio Lazarillo por El hombrecito vestido de gris y otros cuentos. Este Fernando Alonso escribió una obra maestra difícil de olvidar.
 
El creador del hombrecito gris ha marcado un antes y un después en la literatura española. A través de relatos aparentemente sencillos, Alonso nos transmite valores abstractos, relevantes e importantes. Los cuentos que aparecen en la obra por la que ganó el premio Lazarillo esconden personajes fantásticos y situaciones de ficción que nos enseñan sentimientos humanos y sociales. Toda una perspectiva moral escondida entre palabras y frases de cuentos maravillosos.
 
La primera toma de contacto con el libro conlleva la visión de una portada atractiva. El libro parece sencillo, de pequeño grosor, sensación de fragilidad que esconde algo realmente interesante. Un hombrecito vestido de gris protagoniza el dibujo de la portada, compartiendo sueños e imágenes mentales con el futuro lector.
 
Ocho cuentos en apenas 90 páginas mágicas. La obra comienza con el cuento El hombrecito vestido de gris. Alonso nos presenta a un hombre con una vida monótona que sólo es feliz cuando canta. Ante la prohibición de su canto por parte de un jefe poco empático, Alonso nos muestra un final basado en la resignación. Si continuamos leyendo un final feliz aparece, basado en el supuesto éxito del hombrecito, que se convierte en cantante con el apoyo de los que antes prohibían. Sin duda, un cuento lleno de posibles reflexiones.
 
En el segundo cuento, Alonso nos presenta a un barco de plomo triste por su aspecto, pues por sus materiales y características es complicado que los niños jueguen con él. Tristeza del barco explicada de manera grandiosa (“las burbujas de aire que subían del fondo de la bañera tenían formas de lágrimas”). Tras un accidente doméstico, el barco de plomo se hizo un boquete, convirtiéndose así en un barco naufragado hermoso que acabó viviendo feliz en un acuario. Alonso cuenta la historia del barco a través de un léxico sencillo, transmitiendo valores como la esperanza, pues los problemas siempre tienen solución.
 
Por otro lado, el escritor presenta un mundo de piedra en el cuento Los árboles de piedra. Tres niños aventureros viajan en busca de árboles para el parque de este peculiar mundo. El primer niño consigue un pino que murió al poco tiempo de ser plantado. El segundo un cactus, que no pudo vivir en un suelo de piedra. El tercero aseguró al resto de niños que había encontrado árboles de piedra, pero requería la colaboración de todos para poder trasladarlos. De esta forma, Alonso transmite la necesidad de la ayuda y el trabajo colaborativo tanto en un mundo de piedra como en el mundo real.
 
A continuación, el escritor presenta el cuento El viejo reloj, una metáfora del paso del tiempo, la posibilidad de elección y la libertad. Un niño llamado Ramón desea arreglar un reloj que descansaba en un desván. A este reloj le faltaban los números, por lo que Ramón fue en busca de los doce. El niño encuentra a los números pero cada uno de ellos ya había crecido, ya se había adaptado a una nueva vida. Por ejemplo, el número 2 trabajaba de pato en una caseta de feria. Todos ellos habían elegido un nuevo camino.
 
Y qué decir del cuento El barco en la botella… un coleccionista de barcos metidos en botellas les explica a éstos que sus mundos son superficiales. Después de romper los cristales de las botellas, todos los barcos decidieron comenzar un viaje por las alcantarillas y desagües hasta llegar al mar. Allí todo era de verdad, por lo que los barcos pudieron comenzar una nueva vida. De este modo, Alonso muestra a los lectores la necesidad de aventurarse y descubrir otros mundos, no dar por hecho que nuestra realidad es la única.
 
Después de este cuento llega El guardián de la torre. El relato cuenta el sufrimiento de unos vecinos que levantan una torre muy alta en su ciudad, vivienda de un hombre que se convierte en un mezquino con aires de superioridad. La torre comenzó a envejecer. Los vecinos decidieron construir un edificio de una sola planta, de esta forma ninguna persona podría mirar desde arriba a nadie.
 
Por otra parte, Alonso nos presenta el cuento El espantapájaros y el bailarín, un relato en contra de la prohibición impuesta, la falta de empatía y el egoísmo. Un canto a la libertad y al respeto.
 
Por último, el cuento La pajarita de papel nos transmite la historia de Tato, un niño de 6 años. Tato descubre que, hasta para una pajarita de papel, es necesaria la compañía y la amistad. A una pajarita de papel tampoco le gusta estar sola.
 
En definitiva, Alonso, con todos estos cuentos, regala una serie de relatos llenos de valores y sabiduría. El hombrecito vestido de gris y otros cuentos es una obra muy recomendable para los alumnos del primer ciclo de Educación Secundaria Obligatoria, quienes podrán disfrutar de buena literatura y de imágenes que ayudan a la comprensión de la obra. 
Sandra I.

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