miércoles, 30 de enero de 2013

Cartas de invierno


El libro “Cartas de invierno”, escrito por el escritor gallego Agustín Fernández Paz en el año 1995, fue publicado en la Editorial SM, en la Colección El Navegante. Es una novela breve que consta  sólo de 135 páginas. Siempre en 1995 fue galardonada con el Premio Rañolas de Literatura Infantil e Xuvenil.
La historia se desarrollar en el ámbito rural de Pontedeume, en la Galicia interior aunque aparezcan también otros lugares. Se sitúa en la actualidad en un período de tiempo que va  desde agosto de 1993 hasta los primeros días de agosto de 1994. Eso se desprende de las alusiones que se hacen a los periódicos, al Centro Gallego de Arte Contemporáneo y a las exposiciones que se han organizado para exhibir la última obra del protagonista.
El libro comienza con la citación en inglés de H.P.Lovecraft: “For I have likewise gazed in steep on things my memory scarce can keep”.  En la traducción de dicha cita se dice como durmiendo ha visto cosas que a penas puede recordar en su memoria. Es importante, ya que desde un principio deja caer de forma soslayada de qué irá el libro. En él se incluyen elementos de terror, la influencia es de este autor y de Edgar Alan Poe. En el primer capítulo la intriga se apodera de nosotros, los lectores, que viviremos el sufrimiento de Adrián como nuestro. Teresa recibe un paquete postal pesante, en él está escrito el nombre de su hermano Xavier. Nunca había pasado tanto tiempo sin ponerse en contacto con ella, ni cuando estuvo en Quebec. Ella de forma inconsciente mira las fotografías que están en el mueble del comedor y recuerda con entrañable añoranza a Adrián, personaje principal de la obra. Se nos revela un dato secundario, será el amor de su vida. El sobre tiene una dirección Doroña-Vilamaior, no es el mismo que le ha mandado su hermano tantas veces; contiene en su interior otro, y existe también una nota dirigida a ella. En ésta le aconseja que no abra el sobre, que se dirija a la comisaría de Vigo y que se presente ante el comisario Soutullo, amigo suyo. En la misiva le recuerda un viaje que hicieron a Barcelona, en el otoño del 69. Allí compró “Los mitos de Cthulhú”. Un relato de Lovecraft, se trata del mismo autor que aparece en el comienzo de nuestra novela. No es una casualidad ya que todo gira alrededor del mundo irreal y real. En la carta su hermano predice lo que puede suceder en un futuro. Con el paso del tiempo Teresa siente la necesidad de leer la carta de su hermano. Cuando la abre encuentra las cartas de Adrián enviadas desde lugares diferentes, la mayoría de ellas desde Doroña-Vilarmaior. Su hermano Xavier, escribe una nueva carta, un manuscrito en el que deja dicho que si alguien lo lee es porque realmente ha pasado algo, se hace referencia a su amistad con Adrián, una relación profunda entre ambos. Conocemos más sobre la infancia de los personajes y también sobre su futuro, cada uno de ellos en un lugar y con un trabajo diferente. Adrián quiere volver a Galicia y crear su hogar allí. Compra por casualidad una casa en Vilarmaior y es cuando manda a su amigo Xavier las ocho cartas, enviadas desde tres lugares diferentes. La primera desde Berlín, aquí comenta que ya ha comprado la casa que aparecía en el periódico, y de su traslado a Doroña para verla. La segunda misiva la escribe desde Trieste donde le comunica que ya ha firmado los papeles. Es, a partir de la tercera misiva, ya en Doroña, cuando empieza la intriga. Nadie en el pueblo sabe nada de la casa y si lo sabe no dice nada. El miedo lo impregna todo. El protagonista, Adrián, es incrédulo, para él la Santa Compaña desapareció con la llegada de la luz eléctrica. Las cartas se van relacionando las unas con las otras. Acude a la Roca Negra, lugar lleno de petroglifos, también los encuentra dibujados en la casa. Para él son una premonición. Echa de menos alguien que le limpie y le haga la comida. Nadie quiere acercarse allí. La casa que ha comprado se merece el adjetivo de embrujada, según él. Para mantener el contacto con Walter su agente, instala un teléfono y un fax. A partir de ese momento se hace realidad lo fantasmagórico, empieza a recibir llamadas telefónicas con las que sólo oye murmuros y lloros. También recibe un fax en los que se pide AUXILIO y se escribe ADRIÁN. En otra de las cartas dice que en un fax aparece la palabra ARRIBA. Lo que le hace sospechar que es en la buhardilla donde se encuentra el peligro. Allí no encuentra nada raro, cuando tiene la intención de abandonar la habitación ve un libro enorme, lleno de grabados. Uno de ellos le resulta familiar, aparece una chica que mira por la ventana. Más tarde mira el índice para saber su autor y no aparece. Será a partir de esa carta cuando se suceden los misterios. El grabado cambia constantemente, la chica cambia de posición. Mira a la habitación con detalle y ve partes de la casa nuevas para él. A partir de entonces se hace preguntas sin respuesta. Son preguntas retóricas, procedimiento por el cual el lector comienza a acercarse más al protagonista y a impregnarse de esa inquietud que aparece en la obra. Adrián no puede abandonar la casa, pues se siente obligado a permanecer en ella para ayudar a la chica, que en cierto momento le pide ayuda. Cuando al fin reconoce la ventana del grabado  supone que allí hay algo escondido, además han hecho desaparecer algunas partes de la casa. Cuando descubre la trapa de la habitación todo se precipita. Decide bajar allí y ver qué es lo que sucede. Las cartas se mandan a Xavier para dar testimonio de lo que pasa. Lo mismo sucede cuando Xavier lo manda todo a su hermana. En otro punto se hace referencia a la Odisea, así como Ulises oye los cantos de las sirenas y se siente atraído, él no puede dejar a la dama. Lo mismo que sucede a Adrián le pasa a Xavier, él le escribe a su hermana para dejar el legado de lo que ha vivido. Será la hermana la que acabe con esas misteriosas criaturas, con las almas en pena que corren por la casa, sólo cuando queme el libro de los grabados habrá terminado todo.
Uno de los elementos más interesante de Cartas de Invierno es el cambio de perspectiva. La historia está contada por tres narradores y cada uno de ellos se encuentra en  presente distinto. El primer narrador es el que habla sobre Teresa, el segundo es Xavier, que nos cuenta la historia de Teresa, el tercero son las cartas de Adrían que están escritas en primera persona y cuentan las cosas que están pasando.
El estilo de la obra es principalmente epistolar aunque si son presentes algunos diálogos y algunas descripciones poéticas de paisajes.
Opino que el libro responde a las pretensiones del autor, crea una aurea de misterio que induce al lector a penetrar en lo más hondo de la historia. Juega  con la inquietud que provoca el miedo en el lector. Usa la técnica de "narrador editor", para desentenderse de lo que ha escrito. Es Teresa la que gracias a las cartas asume la responsabilidad de lo acaecido con la publicación de éstas mismas.
    Me ha gustado porque he llegado a impregnarme de esa aurea de misterio que se encuentra en toda la novela. He sentido la necesidad de leer a veces a tropel las páginas del libro para poder saber más de lo que sucedía. Lo propondría a partir de un tercero de Eso porque creo que su lectura podría enganchar a los alumnos y acercarlos a la lectura.

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