lunes, 14 de enero de 2013

Cuando de noche llaman a la puerta, de Xabier P. Docampo. MªÁngeles Gualde Orozco.



Cuando de noche llaman a la puerta, de Xabier P. Docampo. 
Este libro de Xabier P. Docampo trata todo tipo de temas, pero el hilo conductor es el terror y el misterio. Por lo que se refiere a la estructura de la obra, ésta empieza con una nota al lector en la que explica el por qué escribió la obra y cuáles fueron sus motivaciones para llevarla a cabo. La obra en sí se divide en cinco partes que dan lugar a las cuatro historias vertebrales del libro y a un poema en el que el autor expone al lector la causa de sus miedos.
Desde mi punto de vista, creo que es una gran obra, aunque a simple vista no parece una lectura para infantil, que no juvenil. En la obra aparecen escenas que no son agradables a la vista como: el momento en que el viajero destroza la cabeza del herrero, la escena en que meten a la vieja en el horno, cuando Silvestre quema a su propio hijo en compañía de la loba… a mi parecer son imágenes muy contundentes a pesar de ser un libro que leen niños y jóvenes. Por eso, podríamos entrar en la dialéctica que explica Xabier P. Docampo en la nota al lector, que en realidad no son lecturas o historias para niños, sino que eran historias que se contaban a la luz de la lumbre para la familia, lo que implicaba también a los más pequeños de la casa.
Por lo que a las fuentes e hipertexto se refiere, aparecen muchos elementos ya conocidos como: la alusión a la Santa Compaña, los pueblos rurales, la continua alusión a la muerte, a la venganza, el egoísmo, el miedo…
Si empezamos por la primera historia que aparece “El espejo del viajero”, vemos que es muy recurrente la trama del viajero que se extravía y que acaba alojándose en casa de un extraño, aunque en este caso no es tan extraño porque es un calco de él mismo. Observamos en el herrero que lo acoge un sentimiento de locura al querer transformarlo en un doble de sí mismo cuando le hiere en el ojo para quitarle la única distinción que tenían. También el mismo viajero se vuelve huraño y decide deshacerse del herrero asestándole varios hachazos en la cabeza mientras dormía a la luz de la lumbre. Pero, para mí, el punto culminante de la paradoja es el momento en que el viajero se hace pasar por el hombre al que acaba de matar y le sustituye en su vida con su mujer, su trabajo… y eso se convierte, como dice, en su condena.
“El Hornadas” que es el título de la segunda historia tiene un inicio diferente ya que es el autor el que le pregunta a su padre que le cuente la historia; además, me parece muy curioso que el protagonista de ésta sea familiar de su padre, es una forma de darle más veracidad. En este cuento aparece una especie de alcahueta que hace la vida imposible a los vecinos y, además, se la caracteriza a modo de bruja. Un día esta mujer recibe tal paliza por parte de tres hombres que finalmente la matan y queman en un horno. El resto de la historia gira en torno al calvario que Teixo (el que la mató) sufre. La vieja, sedienta de venganza, se le aparece entre llamas y le va devorando por dentro poco a poco. Este aspecto me recuerda al mito de Prometeo en el que el águila le comía el hígado cada día. El final de la historia culmina con la muerte de Teixo y la incredulidad del forense al hacerle la autopsia y ver que estaba vacío por dentro (cosa que sólo se desvela al lector).
El cuento de la “Loba” es mucho más complejo por los elementos que aparecen. En esta historia, el mismo autor es el primer personaje que inicia el relato: va a llevar un caballo y se pierde en medio de una ventisca antes de que le den cobijo en una casa de montaña. Es allí, a la luz de la lumbre, donde la vieja de la casa le cuenta la historia propiamente dicha que trata de amores no correspondidos, transformaciones, venganza y muerte. Silvestre, el protagonista rico de la historia se enamora de una Isaura, a la que deja embarazada. Después, se casa con otra muchacha tras haber abortado la anterior. Isaura se cuelga de un árbol no sin antes haberle amenazado con que le debía un hijo. Una noche los lobos bajaron y sacaron su cuerpo de la tumba, sita fuera del cementerio. Es entonces donde la acción comienza a despertar de nuevo, cuando Silvestre y sus compañeros de caza salen a matar a los lobos que amenazan sus casas. Isaura, convertida en loba, atrapa a su recién nacido hijo y Silvestre, que ve que el lobo ha entrado en el granero, le prende fuego… junto a su hijo. Desesperado, entra en su busca pero sólo encuentra su muerte. Me parece muy interesante la parte en la que, sin decir que se convierte en “loba”, los lectores asumen que esa hembra es Isaura que busca culminar su venganza. También me llamó la atención el final fatídico del bebé que encontró su muerte en manos de su propio padre.
Finalmente, la historia de “El Cumplemuertes” es la excepción que confirma la regla de las historias de miedo. Se trata de un cuento más actual pero que se inicia en la misma línea de los tres anteriores: una carta anuncia la muerte de su protagonista, es decir, no parece que vaya a tener un final muy alentador; sin embargo, en esta historia se nos presenta un personaje fuerte, capaz de llevar su destino, sin miedo a lo que vendrá… es decir, nos encontramos con un personaje que, por su constancia y por su empeño, consigue burlar a la muerte y alargar su vida terrenal. Y así se lo hace saber la muerte encarnada en la piel de una joven:
“Usted tenía que morir hoy. […] A mí se me hizo saber que usted moriría hoy y se lo comuniqué. Lo hice de esta forma, como en otros casos lo hago de otra, nada más. […] No siempre se cumple. Es fácil acertar con los que se dejan llevar, con los que son incapaces de cambiar sus vidas. Pero con aquellos que usan su libertad para tomar decisiones, que son capaces de asumir los resultados de sus actos porque son ellos los que los dictan, no es fácil. […] Por eso no se cumplió lo que era tu destino, porque los hombres, si se comportan como tales, lo inventan y lo escriben ellos mismos.”

Me parece un cuento que se sale de los clichés que aparecen en las tres obras anteriores, no deja nada al azar ni tampoco se centra en el paso del tiempo, sino que se centra en la psicología del personaje, en cómo debe de cambiar él para poder de ese modo cambiar las cosas y retrasar su muerte.
Como conclusión, diré que el conjunto de la obra de Xabier P. Docampo me resulta excelente, sobre todo si nos basamos en el trabajo de campo que ha debido hacer para encajar todas las piezas: tradición, actualidad, elementos de acción, introducción de nuevos personajes… y por supuesto, destaca el elemento que unifica todas las historias de la obra: la luz de la lumbre.

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