Por
el título, el lector espera encontrar una versión adolescente de
Los pilares de la tierra o La catedral del mar. Y, en
realidad, es así en parte, pues el comienzo del libro es más propio
de El codigo Da Vinci y de las decenas de novelas escritas
tras su publicación, relacionadas con los templarios.
Cesar
Mallorquí (Barcelona, 1953) nos presenta a Telmo Yañez, un
jovencísimo imaginero y aprendiz de constructor, como protagonista
de La Catedral. La novela, que tiene como punto de partido el
reino de Navarra a finales del siglo XIII, se centra en la aventura
que Telmo emprende hacia tierras bretonas y que supondrá su paso de
niño a adulto.
Al
cumplir los 14 años, su padre, un cantero llamado León Yáñez,
decide proponerlo como aprendiz de masón, el regalo que Telmo
ansiaba.
Una
vez convertido en miembro de la masonería, sus dotes como imaginero
propician su incursión en una misión secreta a Kerloc'h, en
Bretaña, dirigida por el mismísimo Papa, con el objetivo de
investigar la desaparición de Thibaud de Orly, el maestro de obras
de la catedral que se construye allí. Dicho templo está financiado
por la sospechosa Orden del Águila de San Juan, y Telmo es el
imaginero perfecto para participar en el concurso que su maestre
pretende convocar y, así, acercarse a ellos.
En
este viaje le acompañan tres expertos guerreros daneses templarios
(Erik, Loki y Gunnar) que velarán por su seguridad, pues la llegada
del joven navarro es esperada por muchos.
Una
vez instalados en el poblado bretón, presentado como un lugar
fantasmagórico y casi deshabitado, la incertidumbre sobre el
propósito de la construcción de la catedral va adquiriendo tintes
misteriosos. Desaparecen empleados y el final de las obras se
acometen de manera apresurada.
La
victoria de Telmo en el concurso de la estatua que presidirá el
altar mayor, le sirve no sólo para conocer por dentro la Orden del
Águila del San Juan, sino también para descubrir el amor de la mano
de Valentina, hija del maestro de obras con el que comparte casa en
Kerloc'h. Lo que desconoce Telmo es que cuanto más se acerca a la
verdad, también se acerca más a la muerte.
A
partir de ahí, la trama se centra en intrigas, misterios religiosos
ocultos y profecías que esperan ser cumplidas. Todo ello culmina en
la lucha definitiva entre el bien y el mal, en la que Telmo Yañez se
erige como héroe, cual David frente a Goliat.
Esta
obra puede ser sugerente para alumnos del segundo ciclo de ESO y, en
concreto, para los del tercer curso, pues comparten la edad del
protagonista y pueden sentirse identificados con la temática que en
el libro se plantea: el paso de la niñez a la vida adulta. Al estar
narrado en primera persona el lector se siente partícipe también de
los pensamientos del personaje principal y facilita el hecho de
ponerse en la piel del que lo vive en primera instancia.
Las
responsabilidades y decisiones que debe tomar un joven como Telmo
Yañez siguen estando presentes en la vida adolescente, si
extrapolamos el contexto histórico. Al fin y al cabo ser adulto
significa tomar conciencia de uno mismo y decidir una opción de
futuro. Creo que sería importante incidir en este aspecto en la
presentación de la obra para evitar que nuestros alumnos se quedaran
con la única idea de que se trata de una novela de templarios, pues
este tópico puede generar tanto seguidores como detractores.
Relacionado
con lo anterior, otro de los temas de la obra gira en torno a la
posibilidad de elección y hasta dónde el deber y la moral inducen a
discernir entre el bien y el mal. De esta manera, todos los
personajes de la obra se encuentran con una situación que les pone a
prueba: Korrigan y Helmut arriesgan su vida por descubrir la cámara
secreta, Erik se enfrenta cara a cara con su pasado sin huir de él,
Corberán de Carcassonne se alía con el mal para asumir su pérdida
de fe, Thinaud de Orly se sitúa al margen cuando descubre el
propósito de la construcción de la catedral e, incluso, los
habitantes de Kerloc'h deben decidir si se quedan o se van del
pueblo. Así, todos en algún momento se ven obligados a elegir. Esta
idea de la libertad de elección como síntoma de madurez es otra de
las enseñanzas que resultan interesantes para los alumnos.
En
cuanto a los personajes secundarios, el trío de daneses llama
especialmente la atención porque, por un lado no son habituales de
las novelas con temática templaria y, por otro, representan lo que
Telmo todavía no tiene: fuerza y seguridad en sí mismo. Además, el
autor decide dedicar unas líneas para explicar la historia de Loki
como dios de la mitología nórdica, lo que supone un punto a favor
para que los adolescentes se interesen más por la trama. No hay que
olvidar que las aventuras de Thor y su hermano Loki están de moda,
debido a la reciente aparición de películas sobre ellos, como Thor
y Los
Vengadores, basadas en los cómics de Marvel.
La
ambientación en la época y el contexto histórico están bien
conseguidos gracias a una descripción exhaustiva de los paisajes y,
en especial, de los edificios. De hecho, en la obra podemos encontrar
un amplio campo semántico y léxico sobre la arquitectura y
escultura medieval. Es por ello, que su lectura también tiene una
función didáctica para la asignatura de Historia, pues a través de
ella los alumnos pueden adquirir una concepción mayor de esta etapa
histórica, que al abarcar tantos siglos puede llegar a ser una gran
desconocida. En este punto, la labor de documentación en la
narración supone la gran fortaleza del libro, pues Cesar Mallorquí
ha sabido mezclar en la coctelera con éxito a templarios, masones,
vikingos, judíos y traidores, sin que ninguno de sus elementos quede
descolgado.
Con
respecto al lenguaje, las citas de expresiones latinas y la aparición
de términos propios de la época, como vara en referencia a
un tipo de medida, pueden resultar vistosos para los alumnos. A pesar
de que estos rasgos estilísticos no formen parte del día a día de
un alumno de tercero, el lenguaje utilizado es bastante visual y la
obra está escrita con claridad, sencillez y orden.
Aunque
el contenido y el desarrollo de la trama me parecen previsibles, esta
novela representa, al menos, lo mejor que los relatos sobre
templarios pueden ofrecer. Por ello considero que La Catedral
constituye un buen punto de partida para iniciarse en este género
y para adquirir cierto paladar literario a la hora de enfrentarse a
otro tipo de libros sobre este tema, tan fusilado por escritores
'best-sellers'.
Cabe
destacar que Cesar Mallorquí remata su obra con un final abierto,
para que como Temo Yañez y todos los demás personajes de la obra,
el lector tenga la oportunidad de decidir.
Silvia Muñoz Cuello
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